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Sunday, July 14, 2013

LA SENDA DE CAMILLE

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Hace unos meses, mi primo Pedro Balmaseda me pasó el siguiente enlace: www.lasendadecamille.com para ver qué me parecía para hacerla durante la última semana de junio. Tratándose del mes de junio, por temas de trabajo no me pareció factible y no le hice mucho caso. Durante una de las salidas al monte con Mendi-Alai de Vitoria, me dijo que Raúl Esteban se había apuntado al evento. Volví a echarle otro vistazo a la web y me iba animando. Solicité dicha semana de vacaciones y para mi sorpresa mi empresa me la concedió, con lo cual le confirmé mi participación a Pedro.
Camille era el último oso pardo macho autóctono que se movía por el pirineo aragonés, francés y navarro, desaparecido en el 2010. La última hembra, Cannelle, murió en el año 2004 por los disparos de un cazador francés. Hace 6 años al arrendatario del refugio de Gabardito se le ocurrió la idea de organizar una ruta circular de 6 días por el pirineo aragónes y francés, con 6 refugios más o menos equidistantes, en cada cual se podía empezar y terminar la ruta. El sábado día 22 de junio quedamos Pedro Balmaseda, Raúl Esteban, ambos experimentados montañeros, muy buenos deportistas y compañeros del Club de Montaña Mendi-Alai de Vitoria y el que suscribe en el refugio de Lizara (HU) al final de la tarde. Una vez llegados nos instalamos en nuestra habitación y acudimos a la primera cena de la semana, una crema de verduras y pollo frito con patatas, no estaba mal. Para empezar nuestra aventura con buen pié, Pedro y yo nos tomamos un Gin-Tonic.
DÍA 1: ETAPA LIZARA - SOMPORT
Nos levantamos a las 07.00 AM. Tras un sencillo desayuno con un zumo, unas madalenas con mermelada y café con leche, nos colgamos las mochilas en la chepa. La mía pesaba, con toda la ropa y necesidades para varios días, 2 litros de agua, piolet y crampones unos 13 kg. Pensando en los 6 días que te quedan por delante, es un momento en que a todo el mundo le surge alguna maldición en el pensamiento, que se supera rápidamente emprendiendo el viaje. Los buenos consejos de Raúl para llevar la mochila correctamente aliviaron mi espalda y hombros.
El tiempo no era tan bueno como nos esperábamos; hacía bastante frío y el cielo estaba nublado. A las 8 y 12 minutos empezamos a andar. Al poco tiempo de empezar vimos el primer sarrio. Tras tan solamente 2 horas de subida prolongada, alcanzamos, mucho antes de lo esperado, el desnivel máximo del día a 2.117 m. en el puerto de Bernera. Media hora antes fuimos sorprendidos por un ruido tremendo que parecía truenos pero que resultaba ser un pequeño alud. A partir de ahí casi todo era bajar hasta llegar a nuestro primer destino, el albergue Aysa, a 100 m. de la frontera de Somport.
La gran cantidad de nieve presente en las partes altas era inusual por ésta época del año. El sonido de grandes cantidades de agua bajando por todas partes nos sonaba como música celestial que no ha dejado de acompañarnos durante toda la semana. Seguimos nuestra marcha y pasamos por el impresionante ibón de Estanés; qué pena que había tanta niebla para haber sacado unas bonitas fotos de ese lugar. Me encontraba muy bien, había hecho alguna subida fuerte con la mochila bien cargada durante las semanas previas y entre semana había salido a correr en varias ocasiones. Así que no preveía problemas para poder completar éste primer día, según el esquema de 17,4 km.
Un poco después pisamos por primera vez, sin darnos cuenta, tierra francesa. Vimos un mojón y Pedro, mirando al GPS, se dio cuenta que marcaba el límite de ambas fronteras. Por una buena senda nos adentramos en un precioso hayedo durante varios kilómetros, descendiendo hasta 1.578 m. hasta que llegamos al barranco de Aspe. Aquí nos esperaba una amarga sorpresa. Aproximadamente desde 1 km. antes escuchamos el ruido infernal de unas tremendas cataratas. Nos temíamos lo peor y así fue. La cantidad de agua que pasaba por nuestro camino era tal que era imposible cruzar éste obstáculo y seguir por el GR-11. Tras un cuarto de hora tirando grandes piedras al río para intentar construir un puente, que con la misma velocidad fueron arrastradas por la enorme corriente, tras consultar nuestros GPS y habiendo encontrado una ruta alternativa viable, nos decidimos a dar media vuelta. Esto significaba tener que retroceder unos 2 km. y bajar por el valle hasta 1.320 m. para luego volver a subir para llegar al albergue Aysa que se encuentra a 1.625 m. Los 17,4 km. se convirtieron en 23 km. y nos tuvimos que chupar 300 m. más de desnivel de propina. Así que al final llegué mucho más cansado de lo esperado. Sabía que los primeros dos días iban a ser los más duros. Ando todas las semanas por el monte, pero esa mochila de 13 kg...
Llegados al albergue nos dimos cuenta que aquí disponíamos de bastante más lujo que el que nos ibamos a encontrar luego en los refugios; baño individual con agua caliente, habitación para los 3 solos... Durante nuestras aventuras para cruzar el barranco nos habíamos manchado bastante; conscientes de las carencias previstas para los próximos días, tras habernos duchado, en vez de tumbarnos en la litera cogimos la pastilla de Chimbo que nos había traído Pedro y empezamos a lavar los pantalones llenos de barro y el resto de la ropa que estaba calada de sudor. El dueño del alberge nos había dicho que podíamos secar nuestra ropa en un cuarto en el sótano destinado para tal fin, y que él pondría el secador, asegurándonos que la mañana siguiente estaría seca. Nuestra segunda cena, tras el esfuerzo del día, nos supo a gloria. Una ensalada de pasta y filetes de ternera con patatas fritas con un mousse de limón de postre. En la mesa se nos juntaron Valentina, Maribel y Pau de Barcelona con los que entablamos rápidamente amistad. Pau no se encontraba bien y las chicas manifestaron que estaban un poco preocupadas, al no llevar crampones, por algunos tramos de los trayectos en la ruta. Pedro y yo nos tomamos un Gin-Tonic y las chicas una copita de pacharán antes de dormir.
DIA 2: ETAPA SOMPORT - ARLET (Francia) Hoy, antes de desayunar, bajamos a por nuestra ropa, que estaba todavía bastante mojada, así que tocaba salir con pantalones mojados. Me colgué lo que no se había secado en la mochila pareciendo un tendero. Nuevamente salimos un poco sobre las 08.00 AM y Valentina y Maribel nos acompañarían desde ese momento durante dos días. Nos despedimos del novio de Maribel con quién nos volveríamos a ver en Lescun.
Comenzamos el día de hoy con un trayecto de casi 18 kms. en el pirineo francés atravesando nuevamente un impresionante hayedo lleno de colores, cruzando las múltiples bajadas y arroyos de agua sin problemas. El tiempo había cambiado, hacía un sol espléndido y se agradecía la sombra del bosque. Poco a poco iban desapareciendo los árboles recuperando el desnivel perdido el día anterior para llegar a nuestro destino a 2.000 m. de altura. En el camino tuvimos que atravesar alguna pala con nieve, que estando blanda y que se superaba sin problemas. Durante una parada en el camino para recuperar fuerzas, Pedro Raúl y yo empezamos a comer nuestras barritas de cereales cuando Mb & Vª abrieron la chistera de la que salió tortilla de espinacas, fuet, lomo, orejones de albaricoque, avellanas etc. a la que tras su ofrecimiento nuestra modestia y humildad pudieron resistir apenas unos segundos.
El sol brillaba con mucha fuerza y con los reflejos en la nieve me iba impactando en la piel con mucha intensidad. Subiendo poco a poco de altura, disfrutamos de las impresionantes vistas sobre las escarpadas y nevadas montañas que nos rodeaban por todo el horizonte hasta que de repente veíamos el refugio de Arlet en el fondo.
Llegados al destino, exploramos el refugio más auténtico con mucha diferencia. Rodeados de nieve y montañas a 2.000 m. de altura donde las provisiones son transportadas en helicóptero, nos instalamos en la sala de arriba donde nos tocaba dormir en un espacio grande lleno de literas, hombro a hombro con el vecino, donde la palabra "lujo" había sido borrada del diccionario. Papel higiénico no había y para lavarnos teníamos que acudir a la fuente abajo al aire libre con agua "fresca" de unos 12º. Lavamos nuevamente la ropa esencial que pusimos a secar al sol en el suelo alrededor del refugio. Pudimos aprovechar el tiempo para descansar tomando el sol y Mb me hizo un masaje profesional de la espalda y hombros. Pedro, con la escusa de buscar cobertura hizo una pequeña excursión cercana subiendo a un monte enfrente, lo cual más tarde repitió por otro monte con Valentina y Maribel, quedándonos Raúl y yo en el refugio buscando la sombra. Afuera me puse a hablar con un grupo de alemanes que estaban haciendo el GR-11, conocida como la Senda Pirenaica, que comienza en el Mar Cantábrico atravesando el pirineo hasta llegar al Mar Mediterráneo. Llevaban 8 días de camino y nos informaron sobre el estado del trayecto del día siguiente, por donde ellos habían venido. Sus tremendas mochilas de 70 l. llamaban la atención, ¿cuántos kg. lleváis? pregunté a lo que me contestaron que habían llevado hasta 20 kg. pero que ayer en el camping habían facturado 6 kg. para casa, hartos de semejante lastre en la espalda.
La cena, tras la gran cantidad de calorías quemadas durante el día, resultó un auténtico festín. Primero un potaje de verduras con muchas especias, como a mi me gusta, luego una ensalada con lechuga fresca y semola muy sabrosa seguida por carne guisada con un mousse de chocolate de postre, por supuesto acompañado de varios pichets de vino tinto peleón que nos bailamos entre todos. Conocimos a Jorge el bilbaino y su novia Telia, residentes en Albacete, con los que nos volveríamos a ver durante los próximos días. El comedor, con chicos y chicas de muchas partes de la geografía española, franceses y alemanes parecía un mitín de las Naciones Unidas. Allí arriba, aislados del mundo "civilizado", la fraternidad entre la gente es muy grande. Hoy nos podíamos olvidar del apreciado Gin-Tonic por lo que pedimos más vino. Como todos los días, a las 22.00 pm todo el mundo estaba en la piltra. Con tanta gente en la sala con las ventanas cerradas hacía calor. Me había puesto los tapones en los oídos para no oír los ronquidos. Aproximadamente a las 3 de la mañana tuve que ir al servicio y bajé en pijama, con el polar, al servicio afuera. Hacía frío, alrededor de 0ºC, pero no lo percibía como tal. La bóveda celeste estaba limpia, llena de estrellas con una luna menguante impresionante. Mañana prometía hacer de nuevo buen tiempo.
DIA 3: ETAPA ARLET (Francia) - LESCUN (Francia) La etapa de hoy, de 19,5 km., no parecía difícil dado que no había mucha subida, en principio ibamos a bajar el desnivel ganado el día anterior, superando varias palas sin demasiados problemas. Incluso Mb & Vª, sin crampones, pisando las huellas de los que habían pasado con anterioridad en la nieve blanda, pasaban tranquilamente. Las dos eran buenas deportistas y andaban muy bien. Llegamos al portillo fronterizo de la Conarda donde nos encontramos con un pequeño monumento de cerámica en una roca que ponía: "LE CHEMIN DE LA LIBERTÉ" Le Chemin de la Liberté dans les Pyrénées n'est pas toujours facile pour ceux qui viennent d'ailleurs. Le "Passeur" réconforte son compagnon qui peine dans ces montagnes de la peur de de l'espérance... Enfin, voici la ligne des crétes, et, dans un dernier effort, voici l'Espagne... L'évadé et le passeur ont illustré et vécu la célèbre devise: "Pour la Patrie par la Montagne".
"LA SENDA DE LA LIBERTAD" La Senda de la Libertad en el Pirineo no siempre es fácil para aquellos que vienen de otros lugares. El "contrabandista" consuela a su compañero de miedo a la esperanza en éstas montañas... Finalmente, aquí en las crestas de la línea, y, en un último esfuerzo, aquí esta España... El fugitivo y el contrabandista han vivido e ilustrado el famoso lema: "Por la Patria por la Montaña". No pude evitar una pequeña emoción pensando en los miles de Aragoneses y refugiados del resto de España que han tenido que cruzar la frontera en éste punto durante los años más negros de la historia reciente de éste país. Un poco más adelante llegamos al punto desde el que teníamos a la vista el gran obstáculo del día, pasar por debajo del Pic de Burcq, donde se apreciaba la impresionante pala vertical con un glacial que había que atravesar. Con la información de los alemanes que habían pasado el día anterior por ese punto, decidimos, teniendo en cuenta que las chicas no llevaban crampones, de rodear este tramo desde el portillo por la parte de atrás convirtiéndose en bastante más distancia pero llegando al Puerto del Palo de modo seguro.
Jorge y Telia, que venían un poco detrás nuestro con unas chicas de Valencia, Madrid, Asturias y Santander decidieron seguir por el tramo ortodoxo y por la noche nos contaron en Lescun que al final se pasaba muy bien y que tenía mucho menos peligro que lo que en principio parecía. Durante este rodeo vimos una manada de trece sarrios saltando por el monte. El último tramo de la etapa de hoy concluía nuevamente por un precioso bosque. Un poco antes de llegar al camping, veía en el suelo la palabra "PAU" hecha con ramas, y allí apareció el novio de Maribel detrás de un arbol que nos estaba esperando. Tras habernos tomado la tradicional jarra de cerveza fresca nada mas llegar, nos duchamos en el edificio del camping Lauzart, bastante lujoso, y nos dimos un paseo hasta Lescun. ¡Qué bien se anda sin mochila! Nos sentamos en una terraza y Pedro empezó a hacer gestiones con la dueña del bar para asegurar nuestro Gin-Tonic por la noche. Nos dimos una vuelta por el pueblo y nos encontramos con Jorge y Telia, que querían comprar queso casero. Entramos en una tienda típica de las de antes, donde un anciano nos contaba como aprendió el castellano en el año 1933 y como el pueblo quitó el hambre a los cientos de refugiados que pasaron por allí durante la Guerra Civil. Cenamos todos en la misma mesa, esta vez embutidos de la zona con un paté que estaba buenísimo y después redondo de ternera y un buen postre. El vino fluía nuevamente en grandes cantidades, ¡había que recuperar líquidos! Una pena que para el Gin-Tonic no había tónica, nos dieron una lavativa que sabía a polvos químicos.
DIA 4: LESCUN (Francia) - LINZA Durante el día de hoy Valentina y Maribel no nos acompañarían; había que subir una pala fuerte a crampon, y decidieron hacer alguna excursión por la zona. Jorge y Telia salieron un poco antes que nosotros, tenían el ambicioso plan para hoy de hacer, además del recorrido de la Senda de Camille, el Petrechema y la Mesa de los Tres Reyes.
Empezamos nuestra marcha a la hora habitual, adentrándonos poco a poco en el valle que nos llevaría tras una fuerte trepada con crampones al pie del Petrechema. Antes de la subida, paramos a las 11.00 AM un buen rato en la cabaña D'Ansabére desde donde veíamos a nuestros amigos catalanes que se habían adelantado en coche y que habían subido hasta donde podían. A la izquierda
veíamos a Jorge y Telia, que intentaron escalar el Sobarcal y que se habían metido en un buen lío. Tuvieron que descender por una pala muy peligrosa, lo cual consiguieron y después se juntaron con nosotros en el puerto donde nos contaron sus aventuras. Se fueron hacia el Petrechema pero la Mesa de los Tres Reyes no fue viable para hacerlo ese día. Nos despedimos y nosotros continuamos por el barranco dirección Linza, con bastante nieve. Había que ir con mucha concentración pero había poco peligro. Pisando de nuevo tierra aragonesa continuamos por una zona de mucha vegetación hasta llegar al refugio de Linza.
Tras un buen rato de descanso, recuperando líquidos, Pedro y yo subimos por la tarde sin mochila por el Paso del Caballo dirigiéndonos al Paso del Oso. Con lo poco que habíamos comido ese día, unas barritas de cereales y unas avellanas en el refugio, acusé el esfuerzo y durante la subida me entró una pájara en toda regla. Tras unos minutos de descanso continuamos nuestro paseo y al volver tuvimos la suerte de ver un sarrio que nada más vernos se lanzó hacia abajo a toda velocidad. Antes de cenar se me acercó un sueco, que con su amigo y las dos mujeres me preguntaron cómo estaba la cosa para pasar por debajo del Petrechema, con crampones alquilados, sin experiencia y los cuatro con más de 60 años y las mujeres con miedo. Mi recomendación fue negativa, pero estaban empeñados en subir para ver si podían pasar o no. Cenamos otra vez con Jorge y Telia y los catalanes, hoy tocaba conejo asado. Después de cenar Pau nos invitó a un pedazo de Gin-Tonic. Fue la noche de despedida; Jorge y Telia habían terminado y los catalanes volvían a casa también. Pronto a la cama, mañana nos esperaba un día largo con la etapa Reina.
DIA 5: LINZA - GABARDITO Raúl ya conocía gran parte de éste tramo, con unos 7 km. sobre carretera asfaltada, por lo que decidimos optar por la ruta alternativa por el interior atravesando la Selva de Oza haciendo la primera variante hasta Oza de 15,3 km y la siguiente hasta Gabardito de unos 11 km. en un solo día, sin disponer del track del recorrido, por lo que había que estar muy pendiente de la ruta. Salimos a la hora habitual por el Paso del Caballo y después por el barranco de Gamueta. Tras cuatro kilómetros y medio, con unas indicaciones confusas, bajamos de repente unos 100 m. hasta que nos dimos cuenta de que nos habíamos equivocado. A lo hecho, pecho, así que de nuevo para arriba volviendo a la senda correcta. Tras una subida larga y prolongada, de repente el desnivel se incrementaba, y subimos por las rocas hasta alcanzar a los 9 km. el desnivel máximo del día de 2.000 m. siguiendo por los barrancos de Anzotiello y Acherito tras los cuales llegamos a una zona turística al final del Valle de Hecho donde bastante gente estaba pasando el día.
Seguíamos nuestra marcha al lado del río Aragón Subordán con unas vistas panorámicas preciosas sobre las montañas y sus boscosas laderas. De repente paraba un coche pitando que resultaron ser los Albaceteños que, habiendo terminado, estaban haciendo una excursión. Un poco después paramos por primera vez en toda la semana para almorzar en condiciones. Unas buenas jarras de cerveza helada y un plato de choricillo y otro de longaniza frita desaparecieron en el canto de un gallo. La señora del bar nos dio las explicaciones oportunas para continuar nuestro viaje, desaconsejándonos de pasar por el barranco del Jardin debido a la gran cantidad de agua. Fiel a nuestros principios aventureros desoímos este consejo y bajo el lema "a ver qué pasa" continuamos nuestro viaje por una senda estrecha y preciosa que subía y bajaba con mucha frecuencia llegando al gran obstáculo del día, el dichoso Barranco del Jardín.
Tras dar varias vueltas para buscar el punto idóneo para cruzar, nos lanzamos, no libre de riesgo de caer al agua, a una piedra grande en medio del río desde el cual pudimos alcanzar la orilla al otro lado. Seguimos andando hasta llegar al puente de Sil, donde empezamos el GR-65.3.3, una antigua calzada romana, en la que se empezaba a notar la subida de la temperatura, alcanzando fácilmente los 25º, que con el calor que generaba nuestro cuerpo en pleno ejercicio bien parecían 35º. Abandonado el GR, en un tramo de carretera asfaltada empezamos a ver los primeros letreros de "Gabardito" y un poco después el camino se adentraba en un bosque. Varios km. después empezaron los temidos últimos 3 km. con una subida de 500 m. hasta llegar al refugio. En éste punto me quedé atrás yendo a mi propio ritmo, acusando el esfuerzo de la larga etapa y los desniveles continuos del día.
Ver el panorama con el refugio a unos 200 m. fue como un triunfo, mañana nos quedaba la etapa más corta hasta Lizara de unas 4 horas. Tuve que usar el móvil de Pedro para poder hablar con casa, dado que mi compañía no tenía cobertura. Celebramos la última cena, ésta vez los tres solos. Un buen plato de arroz con gambas y unos filetes de lomo acompañados por una botella de buen Rioja y de postre una crema de queso con frutas silvestres que desaparecieron como nieve ante el sol. Hemos comido estupendamente esta semana, especialmente en Francia. Tras el ya clásico Gin-Tonic, ésta vez preparado profesionalmente, a la cama, hoy compartimos la habitación con dos chavalas guipuzcoanas.
DIA 6: GABARDITO - LIZARA
Pasamos éstos últimos kilómetros por el GR-11.1 que nos llevaba por el Barranco de Agüerri y el barranco de Plandariz del valle de Hecho hasta llegar al Barranco del Foratón, pasando por debajo del Bisaurín, que tenía todavía la pala de subida con nieve. Me daba pena no subirlo, había que sacrificarse ya que habíamos acordado de celebrar la buena llegada a Lizara. Llegados al refugio, un senderista nos sacó las fotos de rigor y nos aseamos y nos cambiamos de ropa, emprendiendo camino hacia Isaba, la capital del Valle de Roncal (NA) donde dimos una vuelta turística y habiendo ingerido un buen vermut nos dimos un homenaje bien merecido.
¡Lo que bien se empieza, bien se acabe! Ha sido una experiencia fantástica durante la cual hemos hecho buenas amistades. La gente de los refugios ha estado muy amable y profesional, con un trato muy cercano. No he echado de menos la televisión, teléfono móvil, periódico, WhatsApp, correo electrónico etc. en ningún momento, ¡qué felicidad! Para el que se anime a hacer la Senda de Camille nuestra máxima recomendación.
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